La ley que ya está en vigor, nadie cumple y aún puede arruinar tu negocio

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La ley está aquí. Nadie la está cumpliendo. Y a nadie parece importarle

¿Has oído hablar de la CSRD? Si diriges una empresa mediana o grande en la UE, más vale que te pongas las pilas. Porque esto no es otra moda verde ni una guía opcional para quedar bien en LinkedIn.

La CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) es una ley de obligado cumplimiento que ya ha entrado en vigor, afecta a más de 48.000 empresas, y va a revolucionar la manera en que se entiende la sostenibilidad corporativa. Exige reportes tan rigurosos como los financieros, con auditorías incluidas, y no deja espacio para los adornos.

Y lo más preocupante: menos del 20% de las empresas afectadas está preparada para cumplirla. ¿Mensaje claro? Casi nadie la está cumpliendo. Y lo peor: parece que no les importa.

Un informe, una vergüenza: lo que la Comisión Europea ha destapado

La Comisión Europea ha hablado, y no con sutilezas. En su último informe se pone en evidencia una realidad incómoda: casi ninguna empresa está lista, ni siquiera a nivel estratégico.

¿Qué está fallando? Todo. Falta de comprensión de la directiva. Ausencia de herramientas. Desconocimiento técnico. Poca o nula voluntad directiva. En pocas palabras: la mayoría de los CEOs y responsables de sostenibilidad están jugando a la política del avestruz.

Y aquí es donde el cuento cambia. Porque la CSRD no es un PowerPoint bonito para la junta. Es una exigencia legal con estándares y dientes reales. No cumplir puede costarte mucho más que una simple multa: hablamos de pérdida de contratos, daño reputacional, exclusión de mercados… y sí, consecuencias legales.

¿Qué exige realmente la CSRD?

La CSRD no viene a pedirte intenciones, ni promesas. Viene a exigir hechos, métricas y evidencias auditables. Y para que no haya dudas:

  • Tendrás que reportar tu impacto ecológico, social y de gobernanza bajo los nuevos Estándares Europeos de Reporte de Sostenibilidad (ESRS).
  • Los ESRS incluyen 5 normativas ambientales, 4 sociales y 1 de gobernanza. Y sí, son exigentes.
  • Tu informe debe cubrir toda tu cadena de valor: desde tu fábrica en Sabadell hasta tu subcontratista en Bangladesh.
  • Tiene que estar hecho con el mismo rigor que tus cuentas financieras —y auditado igual.

Traducido: el greenwashing se acabó. El cumplimiento normativo ya no se finge. Lo haces, o pagas.

Cumplir cuesta dinero. No cumplir va a costarte mucho más

Sí, cumplir con la CSRD requiere inversión. Vas a tener que crear procesos, recoger datos fiables, implementar sistemas, formar equipos y tomar decisiones incómodas.

Pero aquí viene la trampa: no cumplir es aún más caro. Porque en poco tiempo, los mercados —y tus clientes— van a dejar fuera del juego a quienes no den la talla en sostenibilidad.

¿Quieres seguir con excusas… o prefieres construir algo que dure más de dos años?

No es green. Es business

¿Sabes qué tienen en común las empresas que hoy lideran en los rankings de sostenibilidad real? Que vieron venir esto como una oportunidad, no como una carga.

Y no hablamos de filantropía corporativa. Hablamos de ventaja competitiva. De atraer capital. De acceder a mejores contratos. De ser la opción que buscan los inversores, los compradores y —cuando toque vender— el mercado.

Porque en un entorno cada vez más exigente, la transparencia sostenida es una garantía de rentabilidad futura.

¿Estás a tiempo? Por un pelo

Si tu empresa tiene más de 250 empleados o factura más de 40 millones de euros, estás dentro del primer grupo obligado a cumplir. ¿Plazos reales? Tu informe con los datos de 2024 tiene que estar listo en 2025.

Y si eres proveedor de uno de estos gigantes, te lo van a pedir igual. Aunque no estés obligado legalmente. Porque nadie quiere subcontratistas que les pongan un marrón encima ni inversores que huela a problema normativo.

Traducción: esto te afecta sí o sí. ¿Y sabes qué es peor que ir tarde? Fingir que no pasa nada.

Olvida el marketing verde. Esto va de negocios que sobreviven

Vamos a decírtelo claro: no estás liderando si ignoras esta ley. Estás improvisando. Estás retrasando lo inevitable. Estás dejando que otros —tu competencia— decidan por ti.

La catedrática Begoña Giner lo resume de forma implacable: “La CSRD representa un cambio de paradigma total. Ya no basta con parecer sostenible —ahora hay que serlo, demostrarlo y auditarlo”.

Y eso duele, sí. Pero también ofrece una oportunidad brutal: reconfigurar tu estrategia y posicionarte donde otros están aún dormidos.

¿Qué puedes hacer hoy?

No mañana. Hoy. Porque mañana ya es tarde:

  • Haz un diagnóstico crudo de tu situación respecto a la CSRD.
  • Diseña un plan realista que conecte cumplimiento normativo con impacto económico, competitivo y reputacional.
  • Elimina las excusas. No necesitas hacerlo tú solo. Pero necesitas hacerlo.

¿Vas a liderar tú… o dejarás que la ley y tus competidores lo hagan por ti?

En Impacto Positivo trabajamos con empresas que entienden que cumplir no es el objetivo: es el punto de partida. Detectamos brechas, traducimos la complejidad normativa en decisiones estratégicas y conectamos sostenibilidad con resultados.

No estamos aquí para “hacerte el informe”. Estamos aquí para transformar tu empresa en una que sí sobreviva al 2030.

Empieza ahora: no por sostenibilidad. Por negocio

Si sabes que ya vas tarde, pero estás decidido a actuar, contáctanos. Te ayudamos a convertir el caos normativo y la presión ESG en una ventaja competitiva real.

📍 https://impacto-positivo.es/contacto/

Porque esta ley no es el final. Es el comienzo de todo. Y solo algunos estarán listos para aprovecharlo.
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    Mapa de Europa con señales de advertencia sobre el incumplimiento de leyes ambientales, reflejando las conclusiones del informe de la Comisión Europea.

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