¿Ser verde o seguir vivo? La sostenibilidad que está matando empresas

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Cuando la sostenibilidad se convierte en un suicidio empresarial

Vamos a decirlo claro: hay empresas que están quebrando por intentar ser demasiado sostenibles. Sí, has leído bien. Y no, no es por falta de buenas intenciones. Al contrario. Lo hacen porque se han tragado sin masticar las últimas tendencias “eco” sin preguntarse si tienen sentido económico real.

Lo que está pasando es tan absurdo como habitual: negocios rentables que, en su afán por cumplir con los titulares de moda —Net Zero, economía circular, ESG, huellas neutras, compensaciones, etc.— se están pegando un tiro en el pie.

Y la culpa no es solo de ellos. La industria de la sostenibilidad se ha llenado de “expertos” que venden promesas vacías envueltas en lenguaje técnico y mucho PowerPoint. El resultado: directivos confundidos que se lanzan a cumplir las “reglas del juego” sin cuestionarse quién escribió esas reglas… y si seguirlas tiene retorno real.

La paradoja tóxica: perder dinero para “salvar el planeta”

Hay un patrón que se repite con inquietante frecuencia: empresas que invierten millones en certificaciones, auditorías, plataformas y compensaciones… mientras pierden cuota de mercado, talento y rentabilidad. No es teoría, está pasando ahora mismo.

De hecho, **en 2024, varias empresas emblemáticas en Colombia cerraron operaciones por decisiones estratégicas equivocadas, incluyendo modelos de sostenibilidad insostenibles**. El caso no es único. Pero sí evitable.

¿Te suena esto?

  • Transformar toda la cadena de suministro para ganar un punto en el ranking ESG sin validar el impacto real ni el coste oculto.
  • Compensar emisiones antes de reducirlas, firmando cheques a proyectos con trazabilidad dudosa.
  • Cambiar envases, procesos y packaging sin un análisis de rentabilidad ni alineación con demanda.
  • Comunicar objetivos “verdes” imposibles de medir, cumplir o financiar.

¿Y mientras tanto? La competencia crece. Tus márgenes se achican. Y el comité de dirección empieza a preguntarse en alto: “¿Para esto tanta agenda verde?”.

No confundas visibilidad con viabilidad. **Un departamento de sostenibilidad sin modelo de negocio detrás es solo otra forma de tirar el dinero.** Pero esta vez, disfrazado de responsabilidad.

3 tendencias ‘verdes’ que están destruyendo empresas (y nadie lo dice en voz alta)

1. Obsesionarse con ser Net Zero sin tener caja

Net Zero suena muy bien en las presentaciones. Pero si eres una pyme o estás en fase de crecimiento, perseguir ese objetivo antes de asegurar tu rentabilidad no es sostenibilidad. Es ruina.

**Según CECODES y MSCI**, muchas empresas están cayendo en esta trampa: establecer metas climáticas ambiciosas sin un análisis riguroso del impacto económico. ¿Resulta? Inestabilidad financiera, sangrado de caja y pérdida de competitividad.

Antes de lanzarte al Net Zero como si fueras Tesla, pregúntate: **¿puedes pagar la factura?** ¿Dónde está el retorno? ¿Qué vas a hacer si tu huella de carbono baja… pero también tus ingresos?

**La sostenibilidad sin ingresos se llama fantasía**. Y no sobrevive al próximo trimestre.

2. Inflar la burocracia ESG sin traducirlo en resultados

Ah, el maravilloso mundo ESG. Más comités. Más consultoras. Más informes. Más gasto. Pero, ¿más ingresos? No siempre. De hecho, pocas veces.

**Un estudio reciente sobre ESG en América Latina advierte que el aumento de burocracia y estructuras paralelas puede disparar los costes sin lograr cambios medibles en ventas o inversión.** Y, para rematar, una mala implementación puede incluso restarte agilidad y foco empresarial.

Importante: **la Directiva de Alegaciones Ecológicas de la UE y la futura Ley de Información sobre Sostenibilidad exigirán en 2025 pruebas verificables de todo lo que declares como sostenible.** Así que más vale que tu estrategia ESG no sea postureo inflado, sino números duros.

Si no puedes conectar tu agenda ESG con ingresos, fidelización o atracción de capital inteligente, estás jugando a ser sostenible. No dirigiendo un negocio.

3. El greenwashing inevitable: cuando el marketing te entierra

La presión por parecer una empresa verde lleva a muchas marcas a abrir la boca demasiado rápido (y demasiado alto). Publican informes llenos de promesas sin respaldo o inflan su impacto hasta el ridículo.

¿Resultado? Una reputación colgando de un hilo. Y un gasto desproporcionado en comunicación “verde” que no te hace vender más ni ser más eficiente.

**Con las nuevas normativas europeas, el greenwashing ya no es solo criticable. Es sancionable.** La guía española de comunicación sostenible es clara: declara solo lo que puedas demostrar. Con pruebas. Con datos.

**Una estrategia climática que no esté fusionada con la estrategia empresarial no es ni estrategia ni sostenible. Es simplemente ruido caro.**

No hay sostenibilidad sin rentabilidad. Punto.

Vamos a ponerlo clarito: **defender el planeta no va en contra de ganar dinero. Pero solo lo lograrás si haces las dos cosas a la vez**.

Todo lo demás —certificaciones vacías, compensaciones simbólicas y presupuestos verdes sin retorno— es humo. Con buena intención, sí, pero humo al fin y al cabo.

La pregunta correcta no es “¿cómo podemos reducir más nuestras emisiones?”. **Es: “¿cómo convertimos nuestro impacto en crecimiento real?”**

Esa es la sostenibilidad que sirve. La que convierte eficiencia energética en margen. La que hace que la economía circular reduzca tus costes. La que no solo beneficia al planeta, sino a tu EBITDA. Como decía Merck, uno de los pocos que lo han entendido en serio:
“Operar de manera responsable permite cumplimiento, innovación y estabilidad financiera.”

Así es como se construye una empresa que perdura. Una que genera impacto positivo, clientes fieles, inversión rentable y resultados que no se miden solo en CO₂, sino también en millones.

¿Tu empresa quiere ser sostenible? Entonces empieza por ser rentable

Olvídate del greenwashing. Olvídate del postureo. Y olvídate de coleccionar sellitos verdes sin sentido comercial.

Lo primero es que tu empresa funcione. Después, que funcione mejor. Y entonces sí: que funcione también para el planeta.

Ahora respóndete, sin autoengaños:
¿Tu estrategia de sostenibilidad está generando crecimiento o pérdidas?
¿Estás siguiendo modas… o tomando decisiones empresariales?
¿Tienes un modelo de impacto real o solo un manual de branding verde?

Porque si estás quemando dinero por parecer sostenible sin retorno a la vista… tenemos que hablar.

En Impacto Positivo, ayudamos a empresas como la tuya a dejar de improvisar y empezar a alinear su impacto con su rentabilidad. Sin humo. Sin palabreo bonito. Solo sostenibilidad con sentido de negocio.

👉 Danos 30 minutos. Te diremos qué recortar, qué potenciar y cómo integrar el impacto sin perder la cabeza ni la cartera.

Contáctanos aquí y empieza por lo más importante: que tu empresa funcione.
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    Ilustración de una empresa eco-amigable atrapada entre flechas con etiquetas como 'greenwashing', 'regulaciones estrictas' y 'modas sostenibles pasajeras'.

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